martes, 14 de enero de 2014

FELICIDAD

  


SIGNOS DE ALERTA EN EL LENGUAJE INFANTIL

SIGNOS DE ALARMA EN EL LENGUAJE

0-3
MESES
- No respuesta refleja ante un sonido (parpadeo, agitación, quietud, despertar.
- No le tranquiliza la voz de la madre.
- Emite sonidos monocordes.
3-6
MESES
- Ausencia de sonidos modulados (cantarse al sueño), o de respuestas a cualquier sonido.
- No se orienta hacia la voz de la madre.
- No emite sonidos guturales para llamar la atención.
- No hace sonar un sonajero si se le deja al alcance de la mano.
- No juega con sus vocalizaciones, repitiéndolas e imitando a las del adulto.
6-9
MESES
- Ausencia de monotonía en el balbuceo.
- No vocaliza para llamar la atención.
- No juega imitando gestos que acompañan a canciones infantiles (“los lobitos”…), o sonríe al reconocerlas.
- No dice adiós con la mano cuando se le indica.
9-12
MESES
- No reconoce cuando le nombran “mamá” y “papá”.
- No comprende palabras familiares.
- No entiende una negación.
- No responde a “dame”, cuando se le hace un gesto indicativo.
12-18
MESES
- No dice “papá” y “mamá” con contenido semántico.
- No señala objetos ni personas familiares cuando se le nombran.
- No responde de forma diferente a distintos sonidos.
- No se entretiene emitiendo y escuchando determinados sonidos.
- No nombra algunos objetos familiares.
18-24
MESES
- No presta atención a los cuentos.
- No es capaz de comprender órdenes sencillas (señalar con el dedo, negar con la cabeza, decir adiós con la mano) si no se acompañan de gestos indicativos.
- No identifica las partes del cuerpo.
- No conoce su nombre.
- No hace frases de 1 palabra a los 18 meses y de 2 palabras a los 24 meses.
- No utilizar palabras significativas sencillas.
 3-3,5
AÑOS
- Que su habla no pueda ser entendida por personas fuera de su núcleo familiar.
- No repite frases.
- No contesta a preguntas sencillas.
3,5-5
AÑOS
- Presencia de un período de falta de fluidez verbal, repiten sonidos, palabras, frases y hacen pausas prolongadas.
- Dificultad en interpretar y uso de términos espaciales (entre, detrás…).
- Dificultad en el uso de artículos (un, una, el, la), pueden omitirlos (papá vuelve trabajar).
- Dificultad en el uso de tiempos verbales, y dificultad para encontrar el nombre de la palabra adecuada (disnomia).
- A los 4 años no sabe contar lo que le pasa y no es capaz de mantener una conversación sencilla.
- Hasta los 4 años pueden existir trastornos en la articulación de algunos fonemas (/s/z/r/) que tienen que estar corregidos a los 5 años.
- A los 5 años no conversa con otros niños.

INDICADORES DEL LENGUAJE INFANTIL

INDICADORES PARA DETECTAR 
POSIBLES PROBLEMAS EN EL LENGUAJE

0-18 MESES
- Dificultades durante la alimentación.
- Defectos en las diferentes etapas del desarrollo vocálico:
      ~ 3-4 meses: llanto débil o chillido débil.
~ 5-9 meses: ausencia de sonidos voluntarios para llamar la atención o como juego.
~ 9-12/18 meses: apenas balbucea o en su balbuceo introduce muy poca variación de sonidos (tan solo 1 ó 2).
~ 12-18 meses: no dice “papa” y “mama” con contenido semántico.
- Defectos de la recepción-comprensión:
      ~ Falta de respuesta de orientación al sonido y a la voz humana (5-6 meses).
      ~ Falta de respuesta a nombres familiares.
~ Falta de respuesta (mirar, señalar, tocar o actuar) sobre algunos objetos familiares (al menos 3), nombrados por el adulto, hacia los 18 meses.
- Defectos en la comunicación no verbal entre los 15-18 meses.
      ~ Ausencia del uso de gestos para expresar sus deseos.
~ Ausencia del uso de gestos para compartir la atención del adulto sobre un objeto.
~ No muestra objetos o no señala si el adulto le pregunta por un objeto o persona familiar a la vista pero fuera de su alcance (“¿Dónde está papá?”).
Nota: se aconseja acudir al otorrino ante respiración dificultosa, mucosidad o catarros frecuentes ya que puede comprometer la audición.

2 AÑOS
- Ausencia de producción de palabras sencillas o vocabulario menor de 30-50 palabras o aproximaciones a palabra.
- Produce menos de 4-5 consonantes y no todas las vocales.
- No responde a palabras referidas a objetos o acciones familiares sin apoyo de gestos y estando el objeto fuera de la vista.
- No comprende órdenes simples referidas a un objeto y/o una acción habitual. Por ejemplo: “Ven aquí”, “Dame el zapato”, “Tira la pelota”, Dáselo a mamá”.
Nota: Puede demorarse la decisión de intervención si, aunque no produzca apenas palabras, las habilidades comunicativas no verbales son buenas y el niño tiene un repertorio de sonidos en balbuceo o jerga variado y frecuente.

2 AÑOS 6 MESES
- Ausencia de producción de palabras sencillas o vocabulario menor de 30-50 palabras o aproximaciones a palabra.
- Vocabulario menor a 50-100 palabras (a esta edad se estima un vocabulario medio entre 200-500 palabras).
- Solo produce 4 ó 5 consonantes. Ausencia de alguna vocal.
- La mayoría de sus emisiones no se le entienden.
- Producciones reducidas a monosílabos (ma) o a sílabas duplicadas (tete).
- Ausencia de combinaciones de 2 palabras (No produce frases de 2 palabras).
- Repite demasiado lo que se le dice, es ecolálico.
- No hace preguntas cambiando la entonación.
- Es incapaz de comprender órdenes verbales simples o de responder a palabras de nombres de objetos. Debería ser capaz de relacionar dos objetos entre sí, como por ejemplo (“pon la cuchara en la taza”).

3 AÑOS
- Ausencia de producción de palabras sencillas o vocabulario menor de 30-50 palabras o aproximaciones a palabra.
- El habla no se le entiende más del 50-70% de las veces.
- Repertorio fonético limitado a 5 ó 6 fonemas, con ausencia o baja producción de bisílabas. No imita bisílabas.
- Combina con problemas dos palabras, nunca usa tres.
- No usa palabras descriptivas (adjetivos) ni pronombres (yo/tú, mi/mío/tuyo).
- No hace preguntas referidas a objetos (¿Qué es esto?) y/o referidas a la localización de objetos (¿Dónde está?).
- No sabe contar o informar sobre lo que está haciendo o lo que acaba de hacer (acontecimientos presentes o pasado inmediato).
- Limitada comprensión. No identifica objetos por su uso (“¿Con qué cortamos?”).
- No sigue órdenes referidas a una acción ó 2 objetos (“busca la zapatillas y el peine”).

4 AÑOS
- No produce correctamente la mayoría de los sonidos del sistema fonológico, su habla no se entiende al menos en una proporción del 80%. A esta edad es normal:
~ Que pueda cometer errores con algunos sonidos complicados /z/, /d/ (posición media), /s/, /ch/, /f/, /rr/, /r/, sílabas mixtas (pal, tar) y  sinfones con r y l (brazo, plato, cromo, tabla….).
~ Que distorsione algunas palabras polisílabas.
- Usa únicamente oraciones de 3 palabras o menos.
- Su vocabulario es muy reducido y a menudo usa términos genéricos (éste, eso) o cambia una palabra por otra aunque sepa su significado.
- No responde a preguntas: ¿Qué es?, ¿Qué hace?, ¿Dónde? referidas a historias familiares simples.
- Serias dificultades para hacer comentarios acerca del pasado y futuro inmediato referido a sí mismo o a otros (por ejemplo contar lo que ha hecho en el colegio cuando sale).
- Dificultades para llevar a cabo órdenes verbales que impliquen dos mandatos (“Guarda el gorro y cuelga el abrigo”).

5 AÑOS
- Persisten dificultades de articulación significativas. (Hasta los 6 años no termina de completarse el sistema fonológico. Los últimos fonemas en adquirirse son: /r/, /rr/ y sinfones con /r/ y /l/).
- Oraciones inmaduras o problemas con el orden de las palabras.
- Dificultades en la comprensión de oraciones.
- Dificultades al dar respuestas directas a preguntas simples y para llevar acabo órdenes referidas a los conceptos espaciales (en, dentro, encima) sin apoyo del contexto ni de gestos.
- Dificultades para prestar atención a un cuento o una historia larga.
- Dificultades para acordarse de palabras.
- Tartamudeo.

ESTIMULACIÓN DEL LENGUAJE


PAUTAS PARA PREVENIR
 DIFICULTADES EN EL LENGUAJE INFANTIL

El papel de la familia es fundamental en el desarrollo y enriquecimiento del lenguaje. El niño aprende a hablar dentro del hogar y aunque existen muchos estímulos lingüísticos en el ambiente, son los padres los modelos más cercanos al niño y también los más queridos para imitar. Por eso nadie mejor que la familia para que con unas pautas fáciles puedan lograr un buen desarrollo del lenguaje.

Con ese objetivo, proponemos una serie de claves para facilitar una evolución lingüística adecuada:

  1. Dirigirnos al niño con la mayor claridad posible, pausadamente y sin elevar la voz. Utilizar un vocabulario adecuado a su edad, lo que no quiere decir que empobrezcamos nuestra expresión o hablemos de forma infantil (no alargar el uso de palabras como “tete”, “pupa”, “chicha”, etc.
  2. Dedicar el mayor tiempo posible a hablar con sus hijos. Háblele de cosas que le interesan (juegos, amigos, escuela, programas, etc.), procurando el intercambio comunicativo. Se debe estimular al niño para que participe en las conversaciones, enseñándole los turnos de palabra.
  3. Dejar expresarse al niño y que se sienta seguro al hacerlo, hay que mostrarse paciente y atento a lo que nos cuenta. Debemos motivarle para que exprese sus ideas, deseos y sentimientos.
  4. Habituar al niño a que sepa escuchar y que él también sea escuchado.
  5. Aprovechar cualquier circunstancia, de forma natural, para enseñarle cosas y palabras nuevas: en el baño, la cocina, en un paseo por la calle y en todas las actividades de la vida diaria.
  6. Utilizar álbumes de fotos de su entorno que faciliten la comunicación con el niño y fomenten la interacción social y la atención conjunta.
  7. Recuperar la costumbre de contar cuentos ya que éstos aportan valores importantes al lenguaje en cuanto al vocabulario, la construcción de frases, el ritmo y musicalidad, etc., además permiten desarrollar la imaginación y el gusto por la lectura.
  8. También puede ayudarle a que construya bien las frases haciéndole preguntas del tipo: “¿cómo se llama?”, ¿para qué sirve?”, “¿quién?”, “¿cómo?, etc. Evitar preguntas cuyas respuestas sean “sí” o “no”.
  9. Invitarle, sin forzarle, a la comunicación con otras personas, hacer algunos recados, pedir cosas a adultos, etc.
  10. Es importante que al hablarle nos aseguremos su atención, si vemos que en ese momento es imposible, retrasar el intento, no forzarle sino ofrecerle algo que llame su atención.
Cosas que debemos evitar
  • Evitar hablarle en ambientes ruidosos.
  • No utiliza un tono excesivamente autoritario, no solo nos dirigimos al niño para decirle lo que no debe hacer, ni para mandarle cosas.
  • No imitar su lenguaje aunque nos parezca divertido, esto puede influir en retrasos del habla.
  • No corregir directamente; cuando el niño pronuncie mal una palabra, nosotros repetiremos lo que el ha dicho dándole un modelo correcto e incluso ampliando su enunciado (ej. Si el niño dice “oto” cuando ve un moto, le diremos “¡qué moto más bonita!). Se trata de una corrección indirecta.
  • No interrumpirle cuando nos cuente algo aunque no lo haga de forma muy clara.
  • No anticiparnos a su voluntad o a lo que quiere decirnos, no debemos adelantarnos a sus deseos ni hablar por él, todo lo contrario, debemos generar situaciones que “obliguen” a buscar ayuda, rechazar, pedir, preguntar, resolver pequeños problemas, etc.
  • Debemos huir de actitudes proteccionistas. Por ejemplo: darle de comer o vestirle cuando es capaz de hacerlo por sí mismo. Hay que dotarle de toda la autonomía posible en este tipo de actividades cotidianas ya que le ayudará a que madure su personalidad y su lenguaje.
  • Evitar las comparaciones con otros niños, cada niño evoluciona a un ritmo diferente, sin embargo si se sospecha de un retraso considerable habrá que consultar con algún especialista.

EJERCICIOS QUE PODEMOS REALIZAR

Ejercicios de motricidad bucofacial. Para que un niño pueda hablar bien es necesario que adquiera agilidad y coordinación en los órganos del habla (lengua, labios, mandíbula) así como una correcta respiración. La masticación es muy importante, por eso se insiste tanto en no mantener a los niños con biberones, papillas y chupetes. No es adecuado para su alimentación, ni para el desarrollo de su dentición y autonomía. Además es fundamental hacer una “gimnasia de lengua y labios” para favorecer la correcta articulación.
Ejercicios de lengua
      - Sacar y meter la lengua de la boca.
      - Intentar tocar la nariz y la barbilla con la lengua (subir y bajar la lengua
      fuera de  la boca).
      - Tocar con la punta de la lengua el labio superior y el inferior.
      - Mover la lengua de una comisura a otra.
      - Mover la lengua por dentro de la boca de una mejilla a otra.
      - Acartuchar la lengua doblando los laterales de la misma.
      - Movimientos giratorios de la lengua por los labios y por los dientes.
      - Vibrar la lengua entre los labios (“pedorreta”).
      - “Barrer” el paladar con el ápice de la lengua.
      -  Realizar el trote del caballo.
      - Morder la lengua doblada hacia arriba.
      - Afinar la lengua.
      - Poner la lengua ancha tocando ambas comisuras.
Ejercicios de labios
      - Cerrar la boca apretando los labios.
      - Cerrar la boca escondiendo los labios.
      - Sonreír sin abrir la boca.
      - Sonrisa-beso.
      - Inflar los mofletes y hacer como si nos enjuagáramos.
      - Sonreír y producir las vocales /i/, /u/.
      - Sostener el bolígrafo, lápiz, pajita, etc., con el labio superior a 
            modo de bigote.
      - Realizar “besos de anciano”, hundiendo las mejillas.
      - Proyectar los labios hacia la derecha y hacia la izquierda.
Ejercicios del velo del paladar
      - Bostezar.
      - Pronunciar el fonema /k/ varias veces seguidas.
      - Toser.
      - Emitir ronquidos.
Ejercicios de mandíbula
      - Abrir y cerrar la boca.
      - Llevar la mandíbula hacia la derecha.
      - Morder el labio superior con los dientes de abajo.
      - Morder el labio inferior con los dientes de arriba.
      - Hacer como si masticáramos un gran chicle.

Todos estos ejercicios se deben realizar como un juego divertido, se les puede poner un nombre a cada ejercicio (ejemplo: sacar y meter la lengua es “el helado”, o barrer el paladar será “la escoba”).

Ejercicios de soplo.
- Soplar una vela y apagarla aumentando la distancia.
- Soplar una vela sin apagarla.
- Hacer pompas con un pompero, con una pajita y un vaso de agua.
- Soplar papelillos cortados.
- Soplar pelotas de ping-pong, matasuegras, instrumentos musicales, etc.

En cuanto a la respiración es fundamental mantener la nariz limpia, por lo que debemos hacer conscientes a los niños de cuándo tienen mocos y enseñarles a limpiarse (poniendo un pañuelo delante de la nariz, inspiramos por la boca, la cerramos inmediatamente y expulsamos muy fuerte por la nariz. También podemos ayudarle a espirar por la nariz intentando empañar un espejo con la nariz).

Otros juegos de lenguaje.
- Producir los ruidos de diferentes animales y de cosas de la calle (ambulancia, reloj, campana, tren, cohete, etc.). También jugar a adivinarlos cuando los produce el adulto.
- “De la Habana ha venido un barco cargado de…”: frutas, animales, ropa, etc. Se deberán decir alternativamente todos los nombres de ese grupo.
- Acertar una palabra por su definición.
- Encontrar el disparate o decirlo: “Apago la tele para ver la película”, “Meto los zapatos en la nevera”.
- Canciones: primero las cantamos normalmente y luego le cambiamos las vocales.
- Palabras encadenadas, veo-veo.
- Retahílas, poesías y trabalenguas.
- “Simón dice…”: Hay que hacer todo lo que Simón ordene, ej. “Simón dice: levantamos el brazo derecho, tocamos la oreja de pápa…”.
- Jugar a los gestos: uno es el que hace los gestos y el otro adivina, luego se cambian los papeles.
- El adulto cuenta un cuento y después se intenta dramatizar con marionetas.
- Preguntarles sobre cómo se juega a algún juego determinado.
- Contar sílabas dando palmadas o contando con los dedos.
- Inventarse palabras (“nuestro lenguaje secreto”).