Hoy en el colegio me han estado enseñando la programación de lógica-matemática que están llevando a cabo. Hace unos años, cuando estudié mi primera carrera, me hablaron del método de matemáticas empleado por José Antonio Fernández Bravo. Es un método muy innovador y de gran interés para los niños ya que aprenden matemáticas muy fácilmente con los elementos cotidianos. Pues bien, en mi nuevo colegio se trabajan las matemáticas basándose en este método, y me encanta la manera en que está estructurado y, por tanto, la que voy a trabajar. Y como me parece de gran interés y de gran ayuda para los pequeños para aprender matemáticas, y es un gran recurso para los maestros, os invito a todos a que echéis un vistazo a su blog.
BLOG DE JOSÉ ANTONIO FDEZ BRAVO
El arte de enseñar Matemáticas: Jose Antonio Fernandez Bravo
Diplomado en Magisterio de la especialidad de Ciencias y Matemáticas (UAM). Licenciado en Filosofía (UCM). Experto en Lógica simbólica y matemática. Doctor en Ciencias de la Educación por la defensa de una tesis que aporta innovadores principios metodológicos sobre "la resolución de problemas matemáticos". Profesor universitario del centro de Centro de Enseñanza Superior "Don BOSCO" (Universidad Complutense de Madrid). Investigador de procesos didácticos para mejorar la enseñanza de las matemáticas con reconocido prestigio nacional e internacional por su carácter innovador y brillante adaptación al mundo educativo.
IDEAS SOBRE METODOLOGÍA DIDÁCTICA
PARA LA ENSEÑANZA DE LA MATEMÁTICA
(José Antonio Fernández Bravo)
1. Dominar la Matemática que se
está enseñando. Distinguir “la idea” de “la notación de la idea”: una cosa
es el concepto y, otra, muy distinta, es la simbología que se utiliza para
representarlo. Así, por ejemplo, el número cero no es esto: “0”; eso es lo
que se utiliza para representar la ausencia de elementos, siempre y cuando
así se interprete. No faltan libros de texto en los que, confundiéndose
concepto y simbología, podemos leer que el cero es una o (letra), que el
cero es una rosquilla, que el dos (2) es un patito, o, que el seis (6) es
“el número que no quiso ser cero”.
2. Dominar el arte de preguntar,
la mayéutica socrática, partiendo siempre del lenguaje del alumno y desde
la duda: como modelo de construcción, desafío y camino de comprensión para
el que intenta aprender el concepto que se está elaborando
intelectualmente; conduciendo al alumno mediante ejemplos y contraejemplos
que fomenten la discusión y el diálogo, para que sea él, y sin corrección
alguna por nuestra parte, el que advierta con claridad, por el
diálogo interior provocado: el acierto o el error cometido.
3. Entender que: la evidencia, la
realidad, la necesidad y la curiosidad son situaciones necesarias en los
procesos de enseñanza-aprendizaje de la Matemática; no debemos olvidar que
los materiales didácticos que utilicemos pueden, por la metodología
empleada, favorecer, o no, esas situaciones. Admitiéndose, entonces, por
material válido para el aprendizaje de la Matemática, aquel que necesariamente
hace uso de ellas.
4. Utilizar modelos didácticos, fomentando la investigación y el método
científico que, a modo de recurso, permita, mediante la observación, la
intuición, la creatividad y el razonamiento lógico, el descubrimiento de
los conceptos, para facilitar que el alumno llegue al saber matemático con
rigor, claridad, precisión de resultados y sin equivocación alguna.
5. Enunciar, representar y
simbolizar, dominado el arte y la magia de la comunicación y, sin
ambigüedad alguna, después, y sólo después, de que el alumno haya
comprendido el concepto o relación. Relatar acontecimientos de la Historia
de la Matemática que estén relacionados con el concepto trabajado, siempre
que sea posible, y de manera sugerente y atractiva.
6. Presentar al alumno actividades Matemáticas de cualquier tipo o modelo,
desde las más sencillas a las más complejas, solo cuando el alumno tenga
suficientes mecanismos de autocorrección.
7. Fomentar en cualquier etapa
educativa, con una correcta adaptación: la aplicación, transferencia y
abstracción de los conocimientos aprendidos (contenido es lo que se enseña
y, conocimiento, lo que se aprende), a cualquier campo científico,
tecnológico, natural y social; sin olvidar que el fin último es el pleno
desarrollo de la persona humana.
8. Apoyar la participación del
alumno, de forma natural y espontánea, en la búsqueda del conocimiento, y
no tan sólo y, de forma exclusiva, en el antojo de la enseñanza para
obtener respuestas a preguntas pre-establecidas.
9. Motivar al aprendizaje de la
Matemática: hacia el saber, hacia el sentir y hacia el querer.
10.Escuchar al alumno, atendiendo
las siguientes hipótesis de investigación educativa como trabajo
científico:
a) Que las
respuestas que obtenemos de nuestros alumnos no coincidan con las que
esperamos implica, simplemente, discrepancia entre la enseñanza y el
aprendizaje; y no significa, en modo alguno, que el niño no razone. No
existe niño vivo que no piense.
b) El niño
nunca responde por azar, si no ha sido intimidado.
c) El niño nunca
quiere fallar o hacerlo mal, si no ha sido irritado.
d) Ni existe,
ni existirá método alguno de enseñanza superior a la capacidad de
aprendizaje de la mente humana.
Premisas a tener en cuenta:
Primera.- El orden de
enunciación de estas ideas no se corresponde con el orden de prioridad o
importancia; no podríamos prescindir de ninguna. Empecemos y terminemos
por las que queramos, y pasemos por todas ellas.
Segunda.- Si sustituyésemos
la palabra “Matemática” por el nombre de cualquier otra ciencia, área de
enseñanza o saber, observaríamos rápidamente que mucho de lo escrito
también serviría, teniendo que añadir o quitar: poco o nada.
©José Antonio
Fernández Bravo